Con el argumento de que el acuerdo al que llegó con Apple en el 2006 al venderle el nombre comercial iPad no incluía al mercado chino, una compañía cuya base de operaciones se encuentra en Taiwan, amenaza a Apple con demandarla si continúa utilizando el nombre en aquel país. Esta compañía se dedica a fabricar pantallas planas y clama que tiene todos los derechos sobre ese nombre en China, aunque haya vendido los derechos globales de la marca a Apple.
El nombre de la compañía es Proview y tiene planeado demandar a Apple tanto en China, como en Estados Unidos por daños y perjuicios. De acuerdo con documentos que Proview tiene en su poder, dicho fabricante registró el nombre iPad en: La Unión Europea, China, México, Corea del Sur, Singapur, Indonesia, Tailandia y Vietnam. En Estados Unidos, Fujitsu era quien tenía los derechos sobre dicho nombre. Uno de los ejecutivos de Proview reconoce que en el 2006, cedió los derechos del nombre comercial a una compañía conocida como IP Application Development por $55,000 Dólares sin saber que ésta tenía conexiones directas con Apple.
Sin embargo, este ejecutivo insiste en que el nombre iPad le pertenece a Proview en el mercado chino, tal y como consta en documentos que se encuentran en Hong Kong. «Se trata de una actitud arrogante por parte de Apple ingnorar nuestros derechos y seguir vendiendo el iPad en este mercado y nos opondremos a ello. Además, nos encontramos en grandes problemas financieros y las marcas registradas son unos activos muy valiosos, que podrían ayudarnos a sortear parte de esos problemas«. Los graves problemas financieros en los que está inmiscuida Proview, significan más de $400 millones de Dólares en deudas.
Ahora bien, también hay información que señala que el acuerdo del 2006, incluye al mercado chino y además, Apple logró impedir que Proview vendiera el nombre comercial a otras compañías. Ahora bien, si esto se llega convertir en un proceso judicial como todo lo parece indicar, la venta del iPad en China se podría complicar y muy probablemente Apple tenga que suspender su venta, al menos por un buen rato, hasta que se encuentre una solución viable al problema. Otra novela más en la que uno de los protagonistas sólo desea obtener beneficio económico de la manera fácil.
Vía | Financial Times